martes, 27 de septiembre de 2016

Corazón de Papel - Capitulo 33: Atisbos de luz

Corazón de Papel
Capitulo 33: Atisbos de luz


¡Hola a todos! Para el día de hoy les traigo un nuevo capítulo. ¡Por fin Cynthia y Robert han llegado! Hay algunos asuntos de que hablar. Sin embargo, al parecer es una conversación sin sentido para Blair. ¿Qué sentido tiene hablar de algo que al parecer ya ha sido enterrado?

Sin embargo, puede que Cynthia tenga algun az bajo la manga. ¿Podrá ella descubrir algo sobre Alex, y darle la vuelta a esta historia?


Capitulo 33
Atisbos de luz
¿Aún existe alguna oportunidad?


Fragmento:

—Vuelve con mamá.
Niego con la cabeza.
—Es lo mejor para ti—insiste.
—Tú no sabes lo que es mejor para mí. Ni siquiera te preocupa que haya pasado días y noches enteras durmiendo en la misma habitación que un hombre violento, pero si te preocupa que Cynthia lo vea por unas cuantas horas. Eres igual a todos esos malditos que siempre me ignoran y me dejan de lado. Por eso casi no tengo amigos. Por la forma de pensar que tienen personas como tú.
El silencio entre nosotros reina por unos instantes, hasta que se sienta a mi lado y lo oigo decir:
—Cynthia es mi esposa.
—Y yo soy tu hermana.
—Blair—su tono de voz es más conciliador—. Te he ofrecido a que te vengas a vivir con Cynthia y conmigo, y no quisiste. Tampoco quieres ir con mamá, ¿Qué esperas que haga?
— ¿Yo? Nada. No espero nada de ti. No hay nada que puedas hacer por mí.
Finalmente siento un brazo que me rodea por los hombros. Robert me atrae hacia él, y yo me dejo. Me viene bien un abrazo en este momento, y por más que Robert se comporte como un cretino, seguirá siendo mi hermano. Cierro los ojos mientras me frota el brazo con cariño.
—Lo lamento—murmura.
—No lo hagas.
—Tú también lo has pasado mal, ¿verdad? —habla en tono cauteloso—. No es justo que venga yo y termine de deprimirte más. Y no digas que no me preocupo por ti porque lo hago. Solo que… no sé dónde tengo la cabeza. El tema de Cynthia me tiene un poquito por las nubes, pero no es que no me preocupe por ti—suspira—. Solo espero que ese hombre no la ahorque… No lo hará, ¿verdad?
Rio entre dientes.
—No te preocupes. La vez que lo hizo, se arrepintió en seguida. Confío en que a Cynthia no le pasará nada.
Me quedo sumida en la tranquilidad del abrazo durante unos instantes, hasta que mi hermano dice:
— ¿Cómo pudiste enamorarte de un hombre que solo te trataba mal?
Niego con la cabeza y respiro profundo. No fue eso lo que me enamoró.
—Detrás de toda esa capa de chico malo y desalmado… hay un hombre dulce, tierno y considerado—mi hermano me aprieta más fuerte contra él — ¿Cómo crees que podría enamorarme de sus maltratos? Lo que me enamoró fueron esas pequeñas veces en las que dejó de comportarse como un cretino conmigo y me mostró cuanto le importaba. Fueron muy pocas, pero fueron valiosas —niego con la cabeza y suspiro—. Y pensar que con esas pocas veces fue suficiente para enamorarme de él.
—Entonces… ¿Te preocupa?

—Sí. Lo hace.

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